4.5.14
Ni tanta sal...
Estábamos platicando de por qué hacemos las cosas que hacemos. La respuesta es que no hay respuesta. Regularmente es rápido nuestro actuar. Aprendimos a no pensar para hacer, sino sólo hacer por inercia. Como cuando escuchas música bastante rítmica, le echas un poco de peso al hombro, de un lado y luego al otro. Es bien chistoso, somos tan reactivos. De la reflexión a la acción existe una brecha increíble. De la acción a la reflexión, bueno... No existe tal relación. O al menos no tan inmediata. No quiero que se trate de algún tipo de maldición. No quiero pasar mi juventud entera (casi extinta) preguntándome cuál es el verdadero sentido de la vida, en vez de sólo vivir... O sólo viviendo, en vez de preguntarme cómo va a repercutir eso de bueno. Tú sabes, es cuestión de mediar el asunto. Ni tanta sal, ni tan simple que no sepa.
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Rey :
ResponderEliminarSoberano de reinos que no existen, un igual; dónde las lunas que no brillan y dónde no calentará la lana, bailan táciturnas las criaturas que se desintegran al alba. Pero existe un momento de la historia, de la nuestra claro, donde no todo era malo, y las cosas podían ser mejor, en caso de ser cierto, buscame… si quieres ser feliz, aunque efimero, será real.
-Me despido con unas letras -
y Esperaré el diluvio universal
viendo crecer el bosque por la ácera
el primero de Enero del dos mil
aunque siga muriendo me por ti…
me iré con la primera que me quiera.
***
No me hables… más, si no es por algo de verdad…
Siempre, te he, amado de verdad. Espero que todo vaya bien, me alegra que escribas en el blog, enhorabuena.
Por siempre, nada.